|
Indudablemente, la inteligencia, como otras
funciones biológicas, depende en primera instancia del condicionamiento
genético. Esto significa que traemos al nacer predisposición genética para
el desarrollo de una o varias habilidades intelectivas. Pasa lo mismo que
con respecto a la personalidad: ésta dependía del condicionamiento
genético o del temperamento, y las experiencias de vida que lo modulaban.
En el caso de la inteligencia, la definimos como una función compleja,
resultante de otras como la memoria, la capacidad de atención, las
habilidades sociales, la capacidad de razonamiento lógico-matemático, etc.
También dependerá de la carga genética o el condicionamiento innato que
cada persona traiga consigo ya hemos dicho que resulta evidente que
algunas personas manifiestan habilidad especial para determinadas tareas y
no para otras. Es decir, las personas tenemos por naturaleza algún área de
excelencia donde exhibimos habilidades naturales y, a su vez es posible
desarrollarla aún más con entrenamiento.
Si bien en un principio se consideraba la inteligencia como una capacidad
relacionada con la solución de problemas matemáticos y/o verbales
concretos (lo que dio origen al texto de Binet sobre el coeficiente
intelectual), hoy sabemos que la inteligencia se manifiesta de distintos
modos y en distintos ámbitos. Eso ha impulsado a diversos investigadores a
desarrollar teorías de inteligencias múltiples. Entre ellos se destaca
Howard Gardner, que ha establecido ocho diferentes tipos de inteligencia.
Gardner sustentó su clasificación en diversos estudios de tests
psicológicos, estadísticas, entrevistas y la observación de la influencia
de determinadas patologías cerebrales en las distintas funciones mentales
emparentadas con la inteligencia. Así, por ejemplo, una persona que
presentaba un accidente cerebrovascular que afectó determinada parte del
cerebro veía alterada una determinada función intelectual más que otra,
que permitió relacionar función y localización cerebral, lo que frenólogos
ya anticipaban hace 200 años.
Gardner fue perfeccionando sus trabajos y al día de hoy presenta su teoría
de las inteligencias múltiples, proponiendo ocho categorías o tipos
diferentes de inteligencia.
1.- Lógico-matemática
2.- Cinestésico-corporal
3.- Musical
4.- Visual y espacial
5.- Lingüística
6.- Interpersonal
7.- Intrapersonal
8.- Naturalista
Cuando nos referimos a Leonardo como un hombre universal, o hacemos en
referencia a lo extendido del campo de aplicación de sus aptitudes, que va
desde imaginar un helicóptero hasta pintar la Mona Lisa. Para que una
mente brille en tan distintos campos, deben sus funciones cerebrales
destacarse en las distintas habilidades o inteligencias descriptas. Vamos
a describir a continuación cuáles son las características de estas
distintas habilidades y relacionarlas con la aplicación que Leonardo dio a
cada una de ellas.
1. La inteligencia lógico matemática de Leonardo
Esta forma de inteligencia hace referencia a la aptitud o capacidad de
manejar pensamiento lógico. Implica facilidad en el uso de los números y
las concepciones matemáticas. Esta inteligencia permite resolver problemas
científicos aplicando el modo de razonamiento experimental. Facilita el
manejo de abstracciones y la resolución de problemas complejos, y el
empleo de simbología y relaciones complejas entre abstracciones.
Entre los genios que exhiben mayor desarrollo de este tipo de
inteligencia, encontramos a Albert Einstein, Stephen Hawking e Isaac
Newton. Leonardo mostró esta habilidad desde chico. Recordemos también el
manejo de las proporciones, la perspectiva y la relación entre objetos, en
los dibujos que con carbonilla realizaba en los cuadernos que siempre
llevaba encima. Recordemos también que ya había sorprendido al arquitecto
Biagio de Ravenna cuando éste vio los dibujos que Leonardo había hecho de
edificios, carros, animales y caballos de la villa que él estaba
construyendo. Llegó a afirmar que llamaba la atención el natural manejo de
la perspectiva de Leonardo.
Los desarrollos de Leonardo en óptica también fueron expresión de su
habilidad matemática, ciencia ésta que desarrollo en base a su aptitud
natural y al aprendizaje sobre ella que recibió de sus primeros maestros.
Como podemos entender, una inteligencia o habilidad intelectiva de un tipo
no encuentra límites netos con otro; de alguna manera, representan un
continuo con límites más o menos difusos. El manejo de la aptitud
matemática, de las interrelaciones entre objetos, las proporciones y la
geometría queda claro en los dibujos artísticos y técnicos de Leonardo. Es
más, sus pinturas resultan expresión de una acabada observación de las
relaciones entre proporciones. Uno de los dibujos más famosos y conocidos
de Leonardo fue el Hombre de Vitruvio. Es buena esta oportunidad para
detenerse un instante y conceptualizarlo, observar ese tenue límite entre
arte y ciencia que Leonardo percibía en la naturaleza, y reparar en que el
Hombre de Vitruvio contiene en sí las proporciones del cuerpo humano.
El Hombre de Vitruvio
Vitruvio fue un arquitecto e ingeniero en la Roma imperial, que vivió
aproximadamente entre el 80 y el 20 a. C. Había afirmado en uno de sus
libros de arquitectura que las medidas del cuerpo humano ideal, cuando
éste se encuentra con brazos y piernas extendidos, debía coincidir en
forma centrada en la geometría del círculo y del cuadrado, en latín el
homo ad circulum y homo ad cuadratun, o simplemente el "Hombre de Vitruvio",
donde el ombligo, según Vitruvio, debía coincidir con el centro del
círculo y del cuadrado. El agrimensor de Milán Césare Cesariano representó
al Hombre de Vitruvio en 1521, donde se puede apreciar el centrado del
ombligo en el círculo y el cuadrado, lo que obliga a "deformar" las
verdaderas proporciones de brazos, piernas, manos y pies.
En 1489, Leonardo comienza sus estudios anatómicos con la medición
sistemática de las proporciones del cuerpo humano Leonardo dejó testimonio
escrito del estudio anatómico "in vivo" en sus modelos masculinos jóvenes;
entre ellos, él mismo citó el nombre de dos, Trezzo y Caravaggio. Leonardo
comenzó a estudiar y anotar las proporciones humanas en distintas
posiciones anatómicas, hombres sentados y arrodillados. Luego, desafió la
lógica de las proporciones medievales realizando un nuevo Hombre de
Vitruvio según sus propios estudios de las medidas y las proporciones
humanas.
En el Hombre de Vitruvio de Leonardo, las proporciones geométricas del
círculo y el cuadrado no son la base del esquema, sino que éste se basa en
las verdaderas proporciones humanas estudiadas y documentadas por él. Así
Leonardo respetó las proporciones de los pies y las manos que habían sido
deformadas por Vitruvio, e hizo coincidir el centro del círculo con el
ombligo (homo ad circulum) y el centro del cuadrado justo por encima del
vello pubiano (homo ad cuadratum), y no coincidiendo ambos, círculo y
cuadrado, con el original de Vitruvio.
Así Leonardo priorizó el respeto de las relaciones matemáticas de la
proporción humana con la geometría del círculo y el cuadrado, dando
muestra de la aplicación de las matemáticas al estudio de la antropometría
o mediciones del cuerpo humano.
Dr. Daniel López Rosetti, El
cerebro de Leonardo
En las próximas ediciones iremos
desarrollando el resto de las inteligencias de Leonardo.
|