Eduardo Punset entrevista al neurocientífico Lawrence Parsons de la Universidad de Sheffield. Parsons, investiga la relación del ser humano con la música y la danza y tiene respuestas a esta pregunta: ¿Y por qué nos gusta bailar y cantar?
En una parte de la charla Lawrence Parsons no dice:
Las personas han sido capaces de mostrar diferencias claras en la memoria operativa, que es la capacidad de recordar cosas, en una manera de usarla a corto plazo mientras estás pensando, haciendo cálculos y planificando. Y un beneficio reciente – hay indicios prometedores, pero no completamente – es que el beneficio que obtienes de aprender a tocar un instrumento o aprender a bailar, es que aprendes a controlar lo que llamamos planificación ejecutiva, o funciones ejecutivas. El segundo beneficio, aparte de la memoria operativa, que es importante para la inteligencia de todo tipo, es la capacidad de controlar, la planificación ejecutiva y el control ejecutivo de tu atención y de todos los procesos que llevas a cabo. Cosas como lo que llamamos multitasking, la capacidad de mantenerte concentrado y, sin embargo, controlar algo por aquí, e ir de aquí a allá entre tareas… Bueno, eso es exactamente lo que tiene que hacer un músico, ¿no es así?