Osvaldo llegó en Viernes a la ciudad serrana por cuestiones laborales. Estuvo allí durante tres días y se volvió a marchar en Viernes. ¿Cómo es posible?
Suena el teléfono en el negocio.
Recepcionista: Buenos días, soy María, en que lo puedo ayudar.
Interlocutor: Buenos días María. ¿Puedo hablar con el vendedor?
Recepcionista: El vendedor salió. ¿Quién lo llama?
Interlocutor: Bernardo Szcrych. Él tiene mi número de teléfono.
Recepcionista: No comprendí bien su apellido. ¿Podría deletreármelo?
Interlocutor: Si claro, Szcrych. S de sol, Z de zapato, C de cloro, R de…
Recepcionista: Perdón, ¿c de qué?
Interlocutor: De cloro. R de razón, Y de yunta, CH de chaleco.
Recepcionista: Muchas gracias, señor le voy a avisar de su llamado.
Sorprendida, mi compañera de trabajo que escuchó el diálogo anterior, me hizo notar que durante la conversación había ocurrido algo totalmente ilógico.
¿Puedes descubrir de qué se trataba?
Si introduces una bolita dentro de una botella y luego la tapas con un corcho, ¿Cómo podrías sacar la bolita sin romper la botella y sin sacar el corcho?