Mi amigo el mago
Mi amigo Alberto me invitó a su casa para mostrarme los progresos obtenidos en el curso de magia que estaba haciendo. Allí Alberto me dijo: voy a desplegar un pañuelo grande en el piso, de forma tal que los dos podamos pisarlo. Pero por un acto de magia, no podrás tocarme. Y realmente no pude tocarlo. ¿Por qué?
El pañuelo pasaba por debajo de una puerta cerrada y nosotros estábamos de ambos lados.
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